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Amor. ¿Razón o sentimiento?

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¿Qué es el amor?

Se dice que para hablar del amor se necesita estar enamorado o con el corazón roto y en este mes de febrero donde se festeja el día del amor y la amistad, hablar acerca del amor romántico de pareja es inevitable. 

A lo largo de la nuestra existencia como humanos, filósofos, poetas, escritores, incluso científicos han intentado desentrañar su naturaleza, su origen y su significado. Sin embargo, a pesar de los siglos de indagación, el amor continúa siendo un enigma que desafía cualquier intento de definición exhaustiva.

Desde la antigua Grecia, los filósofos se interesaron por el amor, distinguiendo entre diferentes tipos: el eros (amor apasionado), el philia (amor fraternal) y el ágape (amor universal). Platón, por ejemplo, en su “Banquete”, presentó una visión idealizada del amor como un anhelo de la belleza eterna y la unión con el alma gemela. Aristóteles, por su parte, lo vinculaba con la felicidad y el bien común. 

Con el paso del tiempo el concepto y la percepción del amor se ha ido modificando, desde la belleza de Platón, pasando por el alcance de la divinidad humana de Alighieri, hasta la pasión por el dolor de Frida Kahlo. Llegamos a un punto en el que el amor no podría ser visto con un concepto sino como una universalidad. 

¿Sentimiento o razón?

Tradicionalmente, se ha concebido el amor como un sentimiento intenso y abrumador que escapa al control de la razón a lo cual estoy totalmente de acuerdo. Es esa sensación de mariposas en el estómago, la euforia, la pasión desbordante. Sin embargo, esta visión romántica del amor ha sido cuestionada por filósofos y psicólogos que argumentan que la razón también juega un papel fundamental en esta emoción. 

Por un lado, el amor romántico, con su componente irracional y apasionado, es innegable. La atracción física, la química entre dos personas, son elementos que despiertan emociones intensas y difíciles de controlar. Sin embargo, el amor no se limita a esta fase inicial. A medida que una relación se consolida, otros factores entran en juego, como el cariño, la confianza, el respeto y la compatibilidad. Estos elementos, más racionales y reflexivos, son los que permiten que el amor perdure en el tiempo. 

El amor es una experiencia que involucra tanto el corazón como la mente. El sentimiento inicial, apasionado y romántico, es el que nos impulsa a buscar una conexión con otra persona. Sin embargo, para que esa conexión perdure, es necesario que la razón entre en juego y nos ayude a construir una relación sólida y duradera.

Hablar del amor es fácil, escribir de amor suele complicarse,

Pero sentirlo resulta ser inexplicable, cuando en medio de una noche fría

Una se encuentra sola, con el alma fuera el pecho y la razón entera.

¡Ali!

¿Crees que el amor es más un sentimiento o un acto de razón?

Redactar esta nota ha sido contradictorio, para mi el amor es más que un sentimiento, es pasión y perder la razón, esa intensidad que se vuelve inmensa, que desborda como tsunami en olas gigantes de emociones, donde las palabras no alcanzan a explicar lo que está sucediendo en todo nuestro ser. Y si, es bastante cursi y quizá un tanto exagerada, pero aquel que se haya enamorado quizá me entenderá. 

Te dejo algunos de los poemas más icónicos que nos hablan del amor  

Te quiero a las diez de la mañana (Jaime Sabines)

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.
Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu
cuerpo. 

Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo
hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro, Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense
en ti durante mucho tiempo. Ya ves ¿Quién
podría quererte menos que yo amor mío?

Hagamos un trato (Mario Benedetti)

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted

es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Soneto XVII  (Pablo Neruda)

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no sé amar de otra manera, sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Amor eterno (Gustavo Adolfo Bécquer)

Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.