Historia

La Iglesia de San Salvador en Tizayuca

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La iglesia de San Salvador en Tizayuca, Hidalgo, es una de las edificaciones más antiguas y significativas de la región. Su historia está profundamente entrelazada con los procesos de evangelización que marcaron la llegada de los franciscanos al Valle de México en el siglo XVI, así como con la consolidación del dominio español en las tierras otomíes y nahuas.


La construcción inicial (1531-1553): La semilla de un legado espiritual

El origen de la iglesia de San Salvador se remonta a la llegada de los frailes franciscanos en 1531, liderados en la región por figuras como Fray Pedro de Gante. Estos misioneros iniciaron un proceso de evangelización meticuloso, construyendo templos en lugares estratégicos para reemplazar los antiguos centros de culto prehispánicos. En el caso de Tizayuca, se reutilizaron piedras de templos indígenas, estableciendo una simbólica superposición cultural.

Entre los elementos destacados de esta construcción inicial están:

  1. La primera capilla: Un edificio sencillo, decorado con motivos indígenas como flores de cinco pétalos y cordones franciscanos. Estos detalles fueron realizados por manos indígenas, guiadas por la influencia de los frailes.
  2. La cruz atrial: Labrada probablemente a mediados del siglo XVI, esta cruz muestra símbolos de la Pasión de Cristo (la lanza, los clavos, la escalera), además de elementos como una caña de maíz y rostros que representan tanto a indígenas como a europeos.

En 1553, la iglesia fue secularizada y pasó al clero diocesano, convirtiéndose en la cabecera de doctrina de una amplia región. Ese mismo año, Rodrigo Ortiz fue nombrado su primer cura vicario, marcando el inicio de una administración eclesiástica organizada.


Evolución en la época colonial (siglos XVI-XVIII): Una parroquia en crecimiento

Durante el siglo XVI, la iglesia consolidó su papel como el centro religioso y social de Tizayuca. El Cura Pedro Felipe, vicario entre 1568 y 1570, dejó un detallado informe sobre las actividades y administración de la parroquia. En este documento, fechado el 13 de noviembre de 1569, se mencionan:

  • La advocación a la Transfiguración del Divino Salvador: Este título marcó la identidad espiritual de la iglesia y se consolidó como símbolo de la comunidad.
  • La organización religiosa: Se establecieron escuelas anexas al templo para enseñar la doctrina cristiana y la música sacra. Los niños aprendían canto gregoriano, y los jóvenes más hábiles se convertían en sacristanes o cantores.
  • La enseñanza de la fe: El catecismo se impartía en náhuatl y otomí, reflejando la diversidad lingüística de los habitantes.

Hacia el siglo XVIII, la iglesia experimentó un proceso de ampliación y embellecimiento que le dio su actual estilo barroco. Este periodo de crecimiento coincidió con la creación del Códice Techialoyan de San Salvador Tizayuca (1709), un manuscrito que documenta la genealogía de los gobernantes locales, los límites territoriales y la importancia de la iglesia como núcleo comunitario.


La arquitectura del templo: Un viaje del plateresco al barroco

La iglesia de San Salvador presenta una rica combinación de estilos arquitectónicos, fruto de las transformaciones que experimentó durante más de dos siglos. Sus elementos más destacados incluyen:

  1. La nave principal: Una amplia nave cubierta por bóvedas de arista separadas por arcos de gran altura.
  2. La cúpula octagonal: Situada sobre el crucero, está decorada con gajos pronunciados y rematada por una linternilla con ventanas alternadas por nichos.
  3. El presbiterio: Elevado sobre una plataforma, accesible por una escalinata, con un tabernáculo de estilo neoclásico que simula mármol.
  4. La fachada principal: De tres cuerpos, combina columnas ornamentadas y nichos de influencia plateresca en los primeros niveles, mientras que el barroco predomina en los elementos superiores.
  5. El campanario: Construido en dos cuerpos, muestra molduras y perfiles característicos del barroco tardío.

El atrio, rodeado por una barda con arcos invertidos, albergaba el antiguo cementerio y sigue siendo un espacio central en las festividades religiosas.


El papel del Códice Techialoyan de San Salvador Tizayuca

El Códice Techialoyan, elaborado en la primera mitad del siglo XVIII, es una fuente invaluable para comprender el rol de la iglesia en la configuración territorial y cultural de Tizayuca. En sus páginas se describen:

  • Los barrios originales: Hueycalco, Atempa, Coztitla, Calpultitlan y Contonco, que formaban la base de la organización territorial.
  • La integración de los pueblos sujetos: La iglesia de San Salvador centralizaba las actividades religiosas de comunidades vecinas, como San Francisco Huitzillán y San Martín Cuauhtlalpa.
  • El mapa territorial: Este documento incluye representaciones pictográficas de la iglesia y sus alrededores, destacando su papel como eje organizador.

Festividades y tradición: El sincretismo vivo

La iglesia de San Salvador ha sido el escenario de importantes festividades, muchas de ellas con raíces prehispánicas. Entre las más destacadas están:

  1. La fiesta del Divino Salvador (6 de agosto): Esta celebración, que combina danzas tradicionales, procesiones y rituales cristianos, está vinculada a la cosecha y al ciclo agrícola, una herencia de los antiguos cultos a Chicomecoatl, la diosa del maíz.
  2. La Candelaria (2 de febrero): En esta fecha se bendicen las semillas para la siembra, una práctica que fusiona tradiciones prehispánicas con la fe cristiana.

Personajes clave en su historia

  1. Fray Pedro de Gante (1523-1562): Posiblemente autorizó la construcción de la primera iglesia de Tizayuca.
  2. Rodrigo Ortiz (1553): Primer cura vicario tras la secularización de la parroquia.
  3. Pedro Felipe (1568-1570): Vicario que dejó registros detallados de la organización parroquial y la vida religiosa en Tizayuca.

La iglesia de San Salvador de Tizayuca no es solo un edificio, sino un símbolo de la identidad histórica y cultural de la región. Desde su construcción inicial en el siglo XVI hasta su rol actual como centro de festividades y devoción, este templo representa la resiliencia y el sincretismo que han definido a la comunidad tizayuquense a lo largo de los siglos.